¿Qué significa ’empoderamiento’?
Hay un dicho en el sector social que, aunque contenga una norma correcta, tiene mucho desgaste, debido a las muchas menciones, como una vieja camisa favorita que se usa con demasiada frecuencia.
Todos aquellos que, como yo, están cansados del cliché proverbial, les pido perdón por haberlo sacado nuevamente de la caja de las polillas.
“Dale a un hombre un pez, y será alimentado por un día. Enséñale cómo pescar, y tendrá comida para toda la vida”.
En relación a la historia que estoy contando hoy, me gustaría llegar un poco críticamente al fondo del dicho sobre el pez.
En primer lugar, dice algo muy sabio: “Anima y alienta a las personas a hacer algo por sí mismas”.
La pregunta es si el dicho incluye que, en general, uno debería ser capaz de tomar su vida en sus propias manos, es decir: ¿podré decidir por mí mismo lo que realmente quiero hacer para sobrevivir?
Y de eso trató exactamente la feroz discusión con los participantes de kanthari. Se trataba del término inglés “empoderamiento”, un término que solo puede traducirse inadecuadamente al alemán. Los términos “capacidad, aptitud” o “habilitación” no son suficientes.
La pregunta en esta discusión fue ¿hasta dónde llega el empoderamiento? ¿Es suficiente que entrene a mi grupo objetivo en una profesión muy específica y solo en eso? Sí, tal vez los alumnos obtendrán un ingreso temporal de este entrenamiento. ¿Pero no los hago dependientes de la especialización?
¿Qué sucede si no queda pescado o si ya no se me permite pescar debido al toque de queda? O, lo que es más importante, ¿qué pasa si no me apasiona la pesca? ¿Tengo la oportunidad de elegir lo que he aprendido para otras profesiones y, si es necesario, de progresar?
Muchos de nuestros kantharis no tienen entrenamiento especializado y, por lo tanto, pueden reaccionar de manera rápida y flexible ante nuevas situaciones. Por eso, son sobrevivientes. Sin leer a Emmanuel Kant, entienden instintivamente lo que significa crear las “condiciones de posibilidad”. Eso, y solo eso para ellos es “empoderamiento”.
Quedémonos con el pez y con él, en un fenómeno impactante.
Las mujeres son explotadas sin piedad alrededor del lago Victoria, pero especialmente en las costas de Kenia. En Kenia se trata de la práctica conocida como “Sexo para peces”.
Cavin Odera, un graduado de kanthari de 2018, quedó huérfano a la edad de 12 años, convirtiéndolo en una de las muchas víctimas de esta práctica. Su madre, pobre y no educada, tuvo que alimentar a 7 niños. La única forma que vió, fue pasear a las orillas del lago todos los días, para obtener pescado para el mercado. Hasta ahora, la pesca ha sido una profesión masculina.
Los pescadores explotan descaradamente la pobreza de las mujeres y, en lugar de dinero, exigen sexo.
La tasa de VIH es particularmente alta en la región natal de Cavin del condado de Homa Bay. Sus padres, y más tarde su hermana, murieron de enfermedades relacionadas con el SIDA. Cavin sobrevivió en la calle durante varios años, hasta que un amigo de su madre lo acogió, junto con otros siete huérfanos. En memoria de su madre y de su hermana, ahora trabaja para salir del círculo vicioso: pobreza, falta de educación, prostitución, infección por VIH y luego una pobreza aún mayor.
Su primera idea: quería habilitar o “empoderar” mejor a las mujeres del lago Victoria, de tal manera que tuvieran su propio acceso a los peces, de modo que, de acuerdo con el proverbio, aprendan el arte de la pesca por si mismo.
¿Algunos de sus compañeros estaban escuchando? “La pesca es peligrosa. ¿Y las obligas a ponerse en peligro para salvarse de la prostitución?”
“¿Incluso les das libertad de elección?”
“¿Qué tal si les das la oportunidad de elegir una profesión basada en el conocimiento que han aprendido?”
La discusión que tuvimos en ese momento afectó no solo al sector social, sino a todo el sistema educativo. Particularmente debido a la tendencia mundial a privatizar el sector educativo, se ofrecen cada vez más cursos y talleres de entrenamiento altamente especializados. Los usamos para producir “idiotas profesionales”, es decir, expertos sin capacidad de pensar fuera de la caja. Esto podría tener efectos devastadores en tiempos de grandes cambios. Porque la especialización significa descentralizar el conocimiento y eso podría conducir a la desestabilización, incluso en crisis.
Cavin es alguien a quien le gusta escuchar las objeciones críticas y luego traducirlas en nuevos conceptos.
Y así desarrolló Wa-Wa (Wanawake Wavuvi Kenya), la primera academia “Fisher Women/mujeres perscadoras”.
Hasta la fecha, sus más de 400 aprendices están recibiendo un curso básico de supervivencia, lo que significa salud, confianza en sí mismos y los métodos que utilizan para generar ingresos de forma independiente.
Con este entrenamiento ya están “empoderadas” y pueden moldear su vida.
En Wa-Wa, también ofrece los siguientes talleres:
– pesca en el lago Victoria,
– tejer redes,
– construir botes
– crear estanques de peces y críar peces
y para aquellas que no pueden pescar por sí mismos, debido al toque de queda nocturno en la época de Coronavirus, él ofrece el cultivo de vegetales.
En este sentido, es hora de cambiar un poco el dicho:
“Antes de enseñar a la gente a pescar, anímalas a seguir sus propias ideas”.
http://www.wa-wakenya.org/